El corazón es uno de los órganos más nobles… pero también uno que envía señales claras cuando algo no anda bien. Muchas veces los síntomas se confunden con cansancio, estrés o “algo pasajero”. Sin embargo, reconocer a tiempo las alertas puede marcar una gran diferencia. Aquí te contamos qué señales NO debes pasar por alto.
Es la señal más conocida y, aun así, la que más se ignora.
Una presión, ardor o molestia que aparece en reposo o con algún esfuerzo puede indicar un problema en el corazón.
Si el dolor se irradia al brazo, cuello o mandíbula, busca atención inmediata.
¿Te agotas más rápido? ¿Te cuesta respirar incluso sin hacer mucho esfuerzo?
La falta de aire puede ser un indicador temprano de insuficiencia cardíaca o de problemas en la circulación.
Si la sensación aparece de repente, es un motivo para consultar.
Sentir que el corazón “se acelera”, “se salta un latido” o late de forma desordenada es más común de lo que se cree.
Aunque a veces se debe a estrés, también puede estar relacionado con arritmias que necesitan evaluación.
Si las palpitaciones duran más de unos minutos o te generan mareos, no las ignores.
La retención de líquidos puede ser una señal de que el corazón no está bombeando adecuadamente.
Si notas que tus piernas, tobillos o pies se inflaman sin motivo, préstale atención.
La hinchazón persistente es un síntoma que merece una revisión.
El corazón es el motor del cuerpo; cuando falla, la energía baja.
Si te fatigas con actividades sencillas o presentas mareos constantes, podría estar relacionado con una disminución del flujo sanguíneo.
No normalices un cansancio que no corresponde a tu rutina.
Conclusión
Tu corazón siempre habla, solo debes escucharlo. Si presentas alguna de estas señales, acude a un especialista para prevenir complicaciones.
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